Homero y Hesíodo ya citan la historia de los argonautas. También, aunque en menor medida, Heródoto, aunque la primera narración de la historia completa que se conserva es de Píndaro (en la IV oda Pítica). Pero la que yo he leído es la de Apolonio de Rodas, en la que también se basa el libro de Andrea Marcolongo.

El viaje de la nave Argo, la historia de Medea y Jasón, la leyenda de los argonautas, algunos de los cuales participarán luego en la guerra de Troya, se situán, cronológicamente, al menos unos cuantos decenios antes de la Ilíada y de la Odisea, se trata de «una leyenda bien conocida de todos», como la define Homero en el canto XII de la Odisea.

Fue, en cambio, el autor de las Argonáuticas, Apolonio de Rodas, el que puso por escrito de un modo sublime el viaje de la nave Argo quinientos años después de Homero.

Pág. 199 de La medida de los héroes, de Andrea Marcolongo.

¿QUÉ APORTA EL LIBRO DE ANDREA MARCOLONGO?

En la charla que Andrea Marcolongo mantuvo con Juan Cruz en el Hay Festival de Segovia el 16 de setiembre de 2023, ella trató de explicar que sus libros tratan de dar una respuesta de por qué ella ama la literatura y la lengua griega clásicas, de por qué conocerlos vale la pena.

Por su parte Juan Cruz, entre otras cosas, dijo que, en realidad, ella era la protagonista de sus libros, algo con lo que estoy de acuerdo. Y como en el Hay Festival no hubo posibilidad de formular ninguna pregunta hago aquí la reflexión y la pregunta que no pude hacer allí.

En su afán de explicar por qué vale la pena conocer la literatura griega clásica y la lengua en la que está escrita, Andrea Marcolongo intenta llevar a su propia vida las reflexiones que le suscitan esas obras y desentrañar para ese fin el significado etimológico de cuanto palabras le parecen relevantes en la historia de la que está hablando.

Hasta el momento yo solo he leído La medida de los héroes que compré pensando en entender mejor la historia de los argonautas. Sin embargo he de decir que en más de una ocasión para mí han quedado un tanto difuminadas tanto la explicación de las etimologías, como la relación del viaje de los argonautas con la historia personal de Andrea Marcolongo. Supongo que ella intenta algo parecido a lo que quería que hiciéramos con sus enseñanzas religiosas y morales un antiguo profesor de religión de mi bachillerato: aplicarlo a nuestra vida, solo que el que ella lo haya logrado con la suya no significa que haya trascendido del todo hasta la nuestra.

Y es aquí donde supongo que habría que hacer una última reflexión, al menos, sobre La medida de los héroes (no sé si valdrá o no para oros de sus libros) .

Al describir el viaje de los Argonautas Andrea Marcolongo da por supuesto que nosotros lo conocemos, de forma que lo que ella hace es formular un resumen a modo de recuerdo, que nos deja con ganas de más a quienes teníamos una idea incompleta de la historia . Y aquí creo que viene a cuento otra de sus reflexiones en la charla del Hay Festival. La de que el hecho de que nos vanagloriemos de que nuestra cultura tenga sus bases en la Grecia clásica, no nos lleva a leerla: nos leemos a Platón, ni a Séneca, ni a Eurípides…

De esta forma lo que yo creía una desventaja: que su libro no me ofreciera, tal como yo esperaba, una versión de la historia de los argonautas que me ayudara a entenderla mejor, ha acabado siendo una reflexión sobre mi propia ignorancia. De esta manera ya no puedo seguir considerando una desventaja el que lo incompleto de su libro respecto de la historia de Jasón y sus compañeros me haya llevado a querer leer las Argonáuticas de Apolonio de Rodas, sino justo lo contrario: el libro de Andrea Marcolongo me ha conducido a disfrutar enormemente el de Apolonio de Rodas y a querer leer más de esa cultura clásica de la que decimos sentirnos tan orgullosos.

Al tiempo que el libro anterior compré El arte de resistir, sobre la Eneida, que aún está esperando que Jasón a regrese a Yolcos desde la Cólquide. Después de la experiencia de hoy (16 de septiembre de 2023) diré que he salido del Hay Festival queriendo leer a Dante, a Cavafis y a Nuccio Ordine.

A Dante porque nadie hasta el momento me había abierto esa puerta: la saber que viaja al infierno y al purgatorio de la mano de Virgilio y ys en el primer círculo del infierno (en el Limbo)se encuentra con Homero, Sócrates, Platón, Aristóteles….

A Cavafis en el intento de disfrutar del camino a Ítaca.


JASÓN Y LOS ARGONAUTAS


  1. ANTECEDENTES DE LA HISTORIA: Frixo, Hele y el vellocino de oro

Frixo y su hermana Hele eran hijos de Néfele y Atamante que reinaba en Orcómeno (Beocia). Atamante abandonó a Néfele y se volvió a casar  Ino, que movida por celos urdió una trama contra los niños: convenció a las mujeres del lugar para que hornearan las semillas que se almacenaban para la siembra , tras lo que, evidentemente, no dieron fruto y sumieron a la región en una gran pobreza.
Atamante envió a sus emisarios a Delfos para consultar el oráculo y que los dioses decidieran lo que debían hacer, pero Ino interceptó y sobornó a los enviados para que comunicaran el augurio de que, para que la tierra volviera a dar frutos, debían ofrecer a Zeus el sacrificio de Frixo.

Cuando Frixo y Hele viajan en el carnero de pelo de oro, Hele cae al mar. 
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Cuando Frixo se dirigía al altar de sacrificios su madre, Néfele, les envió un cordero de dorado vellón para que, montados en él, se fueran lejos de allí. Pero cuando pasaban por la península trácica Hele se agachó para mirar algo, se mareó y cayó en las aguas del Ponto, que desde entonces se llamó Helesponto (el mar de Hele). Frixo llegó solo a Cólquide, donde reinaba el rey Eetes, hijo de Helios y de la oceánide Perse, y hermano de la maga Circe. En este sitio sacrificó al carnero en acción de gracias a Zeus y pidió la protección del rey, que le casó con su hija Calíope. Frixo le regaló el vellocino de oro (la piel del cordero) y Eetes la colgó de un roble en el bosque ofrendado al dios Ares y puso un dragón y una enorme serpiente que nunca dormía para vigilarlo día y noche.

El vellón de ese carnero es conocido en la Mitología como el vellocino de oro. Recuperarlo dará motivo para la primera de las empresas colectivas de los griegos: la leyenda de los argonautas.

2. LA CÓLQUIDE: GEOGRAFÍA

La Cólquide mítica se ubica más arriba de la frontera noreste de Turquía, exactamente en el territorio de la actual Republica de Georgia, y allí era donde debía llegar Jasón desde el puerto de Págasas, en Tesalia

http://lamiradaactual.blogspot.com/2019/10/georgia-la-mitica-colquide.html

3. PELIAS Y JASÓN

En Yolco reinaba Pelias, hijo de Poseidón y de Tiro, que astutamente había destronado a su hermanastro Esón. Esón, temeroso de que su malvado hermanastro asesinase a su hijo Jasón, que era el verdadero heredero del trono, le buscó refugio en la cueva del centauro Quirón, en el monte Pelión y le confió su crianza y formación. El sabio Quirón lo instruyó en las letras y en las artes de su época y llegado a una edad adecuada lo envió a Yolco a reclamar sus legítimos derechos al trono. 
Al cruzar el río Anauro Jasón perdió una de sus sandalias y cuando se presentó en Yolco con una sandalia el rey Pelías quedó desconcertado, pues un antiguo augurio del oráculo le había advertido que alguien con una sola sandalia le destronaría y mataría. 
Cuando Jasón pretendió la corona que le pertenecía por derecho legítimo, Pelias afirmó haber visto en sueños a Frixo, que clamaba por volver a su lugar de origen y pedía lo mismo para el vellocino de oro, que estaban el Cólquide, en el reino de Eetes. Rogó a Jasón que cumpliera con este vaticinio y dispuso la construcción de una nave para emprender el viaje. Jasón debía organizar la expedición con el fin de aliviar el alma de Frixo y cumplir su deseo. Pelias juró por los dioses que, a la vuelta de Jasón a Yolco con el vellocino de oro, le devolvería su derecho al trono. 

4. LOS PREPARATIVOS DEL VIAJE

Jasón aceptó la propuesta de Pelias y ordenó a Argos, arquitecto y constructor de navíos, la fabricación de una nave de cincuenta remos. Gracias a un trozo de madera procedente del roble sagrado del oráculo de Dodona, regalo de la diosa Atenea, el navío podía hablar y tenía el don de la profecía. La nave fue denominada Argo en honor a su constructor y fue el primer barco construido por hombres que surcó los mares.

Mientras se dotaba la nave, el centauro Quirón aconsejó a Jasón que enviara heraldos por toda Grecia para invitar a los jóvenes más valientes y valerosos de aquellos tiempos a participar en este largo viaje. Y así sucedió, la tripulación del Argo, los llamados Argonautas, eran todos héroes e incluso hijos de dioses: AcastoActorAdmetoAnceo hijo de LicurgoAnceo hijo de PoseidonAnfidamanteAnfiónAreoArgos hijo de Arestor, Argos hijo de FrixoAscálafoAsclepio,  Asterio,  AsterionAtalantaAugíasAutólico, ButesCalaisCantoCastorCefeoCeneoClitioCoronoDásciloDeileonteDeucaliónEquiónErginoEribotesEstáfiloEtálidesEufemoEumedonteEuríaloEuridamenteEuritiónEuritoFaleroFanoFilamónFiloctetesFlianteFlogioFocoGlaucoHeracles, HilasHipálcimoIdas, Idmón, Ificlo hijo de FílacoIficlo hijo de Testio, Ifis, Ifito hijo de EuritoIfito hijo de NauboloJasón, Laertes, LaoconteLaódocoLeitoLinceoMeleagroMenecioMopsoNauplio, NeleoNestorOileoOrfeoPalemonioPeantePeleoPenéleo, PericlímenoPirítoo, PóluxPolifemo, PríasoTálaoTelamónTeseoTideo, TifisYálmenoYolao, y Zetes.

5. EL VIAJE DE IDA DEL ARGO

CANTO I

  1. La primera escala de los Argonautas fue en la isla de Lemnos, donde encuentraron a un grupo de mujeres que habían matado a sus esposos y les invitaron a vivir con ellas. Así sucedió y tan bien estaban en Lemnos que hubieran olvidado el motivo por el que salieron de Yolco de no ser por la advertencia de Heracles, que había permanecido en la nave.
  2.  Después de pasar por Samotracia, entraron en el Helesponto y llegaron al reino de Cício, la tierra de los Doliones, donde el rey y sus súbditos los acogieron con hospitalidad. Antes de hacerse de nuevo al mar fueron atacados por los terrígenos, que les lanzaban rocas desde el otro lado del Monte Díndimo, al que habían ascendido para ver mejor la zona a por la que debían navegar. Pero Heracles los derribó uno tras otro por ser uno de sus trabajos y entre todos acabaron con ellos. Cuando los Argonautas volvieron a navegar, un vendaval contrario los devolvió al lugar del que habían salido, aunque ni ellos, ni los doliones que los vieron llegar se reconocieron mutuamente, lo que les llevó a enfrentarse en una lucha sangrienta en la que murió el rey Cícico y su corte. Cuando los Argonautas se dieron cuenta del error era ya solo les quedó honrar a los caídos y zarpar de nuevo, aunque tuvieron que esperar a que se calmaran las violentas tempestades que se desataron durante doce días.
  3. Después de que Mopso interpretara en la presencia y el canto de un alción que Jasón debía ofrecer algún sacrificio a la diosa Rea Cibeles para que los vientos les volviesen a ser favorables, los argonautas se hicieron de nuevo a la mar. Heracles remaba tan fuerte que rompió su remo. Desembarcaron en la Ciánide, tierra de los misios, que los acogieron hospitalariamente. Cuando Heracles se alejó para arrancar un abeto con el que hacerse un nuevo remo, Hilas, su amigo y compañero, fue raptado por una ninfa y mientras Heracles y Polifemo Ilátida le buscaron el resto de los argonautas reiniciaron la marcha dejándolos atrás sin saberlo. Uno de los argonautas culpó a Jasón del abandono de Heracles, Hilas y Polifemo, pero cuado la discusión iba in crescendo desde el fondo del mar se les apareció Glauco, que les tranquilizó explicándoles que la misión de Heracles no era llegar a la Cólquide, sino cumplir con sus doce trabajos para Euristeo; que Polifemo vivirá su vida en su nueva tierra, donde fundará ciudades, en tanto que Hilas se había convertido en esposo de una ninfa.

CANTO II

  • Llegaron a la tierra de los bebrices, donde Polideuces hubo de pelear con su rey, Ámico, que retaba a todos los forasteros que llegaban a su país. Cuando Ámico fue derrotado y muerto por Polideuces los argonautas debieron luchar contra sus súbditos.
  • (La profecía de Fineo) Los argonautas llegaron a la tierra de Fineo, un profeta ciego castigado por Zeus a vivir una larga vida sin poder apenas comer, porque las Harpías le quitaban cualquier trozo de comida que quisiera llevarse a la boca. Y eso fue así porque Fineo se extralimitaba en sus dotes adivinatorias mostrando a los mortales todo lo que los dioses iban a hacer con ellos.

LA LLEGADA A LA CÓLQUIDE

Al llegar a la Cólquide Jasón visitó al rey Eetes y le habló de la orden recibida por Pelias. Eetes aceptó entregarle el vellocino de oro a cambio de que realizase él solo y sin ayuda o dos pruebas: primero, poner el yugo a dos toros de pezuñas de bronce que despedían fuego por los ollares, que habían sido regalo de Hefesto,  y después que arase el campo y sembrase unos dientes de dragón que él le entregaría. 
Medea, la hechicera hija de Eetes, se enamoró de Jasón y se ofreció a ayudarle si la tomaba por esposa. Le entregó un ungüento mágico con el que cubrirse el cuerpo y su escudo antes de enfrentarse a los toros, ya que ese bálsamo lo haría invulnerable por un día al fuego y al hierro. Le advirtió además de que, apenas sembrados, los dientes del dragón se convertirían en soldados armados listos para acabar con él, por lo que debería lanzar una piedra sin ser visto par crear un malentendido por el que los soldados surgidos de los dientes de dragón se matarían entre ellos.
Aunque con la ayuda de Medea, Jasón logró vencer los obstáculos, Eetes no cumplió con su palabra y trató de poner fuego a Argo y acabar con los Argonautas. Pero , de nuevo con la ayuda de Medea, Jasón durmió al dragón guardián y después de apoderarse del vellocino de oro y huyó de la Cólquide con Medea. Cuando Eetes descubrió su fuga y el hurto del vellocino de oro se lanzó a la persecución del Argo, pero Medea, para retrasarlo, dio muerte a Apsirto, su hermano, que viajaba con ella, y empezó a tirar, uno a uno, sus miembros al mar. Como Eetes perdió un tiempo precioso tratando de recoger las partes del cuerpo de su amado hijo, los Argonautas lograron alejarse de la Cólquide definitivamente.

EL VIAJE DE REGRESO DE LOS ARGONAUTAS

  1. Mientras Eetes anclaba en alguna playa del Ponto Euxino para dar sepultura a su hijo, el Argo siguió su camino. Pasó por el Danubio, que entonces unía el Ponto con el Mar Adriático; subió por el Eridano (el Po) y por el Ródano, junto a las tierras donde moraban los ligures y los celtas; se adentró de nuevo en el Mediterráneo hasta llegar a la isla de Rea, el reino de Circe, tía de Medea, que se negó a acogerles por no estar de acuerdo con lo que había hecho su sobrina.
  2. Tras este episodio, Tetis, mandada por Hera, les condujo hasta el mar de las Sirenas, donde Orfeo, músico de Tracia, interpretó con su lira y su armoniosa voz nostálgicas melodías que hablaban del regreso al hogar y a los seres queridos que allí les esperaban, de forma que ninguno de ellos se sintió tentado ellas, salvo Butes, que aunque se arrojó al agua fue salvado por Afrodita que lo llevó a Lilibeo (Sicilia).
  3. Cuando llegaron a Córcira (Corfú), el país de los feacios, hallaron que un grupo de colcos enviados por Eetes reclamaba la devolución de Medea al rey Alcínoo, pero este se negó a entregarla por considerar que, al no ser virgen, pertenecía a su esposo Jasón.
  4. Al salir de Córcira una tempestad les llevó a las Sirtes (Libia), donde tuvieron que atravesar el desierto cargando con la nave en los hombros hasta el lago Tritonis. Allí el dios del lago, Tritón, les ayudó a encontrar una salida al mar.
  5. Desde allí llegaron a Creta, donde tuvieron que enfrentarse a Talo, un autómata gigante construido por Hefesto, al que Minos le había asignado la misión de impedir cualquier desembarco. Talos recorría tres veces la isla cada día y lanzaba grandes rocas a cualquier barco que intentara aproximarse, pero Medea le hizo enfurecer mediante imágenes engañosas y esto le condujo a la muerte al desgarrarse una vena que tenía bajo el tobillo en la que radicaba su vida.

REVISAR ESTA ULTIMA PARTE

En el mar de Creta se vieron de repente sumidos en profundas tinieblas. Una noche opaca y oscura les rodeó y, al no poder ver nada, suplicaron a Apolo, dios de la luz, que les ayudara. Éste envió una llama con la que pudieron llegar a una pequeña isla de las Espóradas que llamaron Ánafe (‘isla de la Revelación’), donde edificaron un templo a Febo. Como no tenían agua, hicieron las libaciones con vino, lo que provocó las risas de las criadas feacias. Éstas comenzaron a hacer burlas atrevidas a los Argonautas, a las que ellos respondieron de igual modo y, de este modo, se dio origen a una escena jocosa que se repetía en la isla cada vez que se celebraba un sacrificio.

Tras hacer escala en Egina y costear Eubea, llegaron a Yolco con el vellocino. Habían tardado cuatro meses en realizar el viaje. Jasón condujo la nave a Corinto y la consagró a Poseidón.

JASÓN

Fue el primer hombre de la literatura griega que se echó al mar. Los argonautas surcan el mar antes incluso que las naves y sus ocupantes descritas por Homero en el segundo canto de la Ilíada (doscientos versos dedicados al catálogo de las naves)

Jasón y los argonautas surcan los mares en la primera nave construida en el mundo y la primera que zarpa de un puerto humano, la nave Argo

MEDEA

Medea está sola, es única, pero al mismo tiempo es todas las mujeres de Homero -la Ema¡enamorada Calipso, la aliada Andrómaca, la despiadada Circe, la hermosísima Helena, la pueden Nausícaa…

Pág. 202 de La medida de los héroes, de Andrea Marcolongo.

El viaje de regreso: las Argonáuticas, la Ilíada y la Odisea

La ruta de la nave Argo en su viaje de regreso es distinta de la ida, porque los argonautas son distintos. Ahora la nave ya no atraviesa las Simplégades ni el Bósforo, sino que se desliza por el Danubio hasta legar al Mar de Luguria y al Mar Tirreno, las mismas aguas donde Homero situó las travesías de Ulises en su viaje de regreso a Ítaca, es decir se sitúan en un lugar conocido de todos los lectores y lleno de gente a la que los lectores ya conocen de su lectura de la Odisea. Por lo que, curiosamente, pensamos que los argonautas son posteriores a Ulises y a Homero, cuando no fue así, sino justo al contrario, Ulises y Homero ya conocían su historia, aunque no nos la contaron, sino que quien lo hizo fue Apolonio de Rodas, que aunque escribe después de Homero, se sitúa con su historia en tiempos anteriores a él y a sus narraciones.

Y, durante su navegación los argonautas se topan con los mismos protagonistas de la Odisea: la maga Circe, Escila y Caribdis, Tetis -la madre de Aquiles-, o las sirenas, hasta fondea en la isla de los reacios, en la que Sina Alcinóo, padre de Nausícaa, donde Jasón y Medea celebrarán su boda.

Ibídem pág. 197

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